"No las creen, en efecto; y lo que dicen no carece de valor, aunque no tiene tanto como ellos piensan, sino que aquí viene bien el dicho de Temístocles a un ciudadano de Sérifos, que le insultaba diciéndole que su gloria no se la debía a sí mismo, sino a su patria. «Ni yo -replicó- sería renombrado si fuera de Sérifos, ni tú tampoco aun siendo de Atenas»." (La República, I.4)
(524-459 a.C.)
Político y general ateniense, Temístocles ganó renombre en ambas carreras por su participación en los inicios de la democracia de su polis natal y por su participación en las Guerras Médicas, en las que destacó especialmente su papel en las Batallas de Maratón y Salamina. Aparece mencionado por Heródoto como στρατηγός, comandante supremo de un cuerpo militar.
Como político, Temístocles era populista, y gozaba del apoyo de las clases inferiores atenienses, mientras que, generalmente, se enfrentaba a la nobleza. Elegido arconte en 493 a. C., tomó una serie de medidas para acrecentar el poder naval de Atenas, algo que se convertiría en un recurrente durante toda su carrera política. Los años posteriores a Maratón, y previos a la Segunda Guerra Médica, se convirtió en el político más prominente de Atenas. Abogó por la creación de una poderosa armada, y en 483 a. C. persuadió a los atenienses para construir una flota de 200 trirremes, que demostraría ser crucial en el conflicto venidero.
Combatió en Maratón durante la Primera Guerra Médica y, durante la segunda invasión persa, poseía el mando efectivo de la marina aliada griega, en las batallas de Artemisio y Salamina. Gracias a un subterfugio de Temístocles, los aliados se encontraron en posición ventajosa en Salamina, y consiguieron la decisiva victoria que representaría el punto de inflexión de la guerra, que finalizaría al año siguiente con la derrota persa en Platea.
Cuando finalizó el conflicto, Temístocles seguía gozando de preeminencia sobre el resto de políticos atenienses. Sin embargo, se ganó la hostilidad espartana al ordenar la reconstrucción de los Muros Largos de Atenas. Su creciente arrogancia comenzó a alienarle del resto de sus conciudadanos. Fue relegado al ostracismo, y marchó al exilio en Argos. Los espartanos vieron una oportunidad de destruirle, y le implicaron en el complot del general espartiata Pausanias. A consecuencia de ello, Temístocles abandonó Grecia y viajó a Asia Menor, donde entró al servicio del Gran Rey persa Artajerjes I. Fue nombrado gobernador de Magnesia, donde vivió hasta el final de sus días.
Temístocles es una de las aproximadamente 50 figuras de la Antigüedad cuya biografía recoge extensivamente Plutarco en sus Vidas paralelas. Plutarco escribió esta biografía 600 años después de la muerte de Temístocles, y por tanto se le puede tratar como fuente secundaria. El rol de Temístocles en las Guerras Médicas y en la política ateniense lo describen tanto Heródoto en sus Historias como Tucídides en su Historia de la Guerra del Peloponeso. Estos historiadores fueron contemporáneos o casi contemporáneos a los eventos descritos, y con seguridad trabajaban con la memoria viva de estos eventos.
Según Heródoto, la respuesta fue dada por Temístocles a Timodemo de Afidnas, con ocasión de los honores que a aquél habían tributado los espartanos, y rezaba: «Así es, ni yo siendo belbinita hubiera sido honrado de ese modo por los espartanos, ni tú tampoco siendo ateniense", Los belbinitas eran los habitantes de Belbina, pequeña isla situada a la entrada del golfo Sarónico; Sérifos era otra isla del grupo de las Cíclades en el Egeo, después lugar de destierro durante la época imperial romana.