Los orígenes de la filosofía en Grecia

La escuela de Atenas, obra de Rafael que se encuentra en los Museos Vaticanos


   La filosofía griega surgió en Mileto, una colonia jónica, en el siglo VI a. C. Tras la invasión de los dorios, los aqueos huyeron de la destruida Micenas hacia las costas de Asia Menor (Jonia) y el sur de Italia (Magna Grecia). Allí los navegantes jonios fundaron colonias griegas (Mileto, Efeso, Clazomene, etc.). Y mientras comerciaban con otros pueblos del Mediterráneo mantenían también un intenso intercambio cultural: calendario solar egipcio, alfabeto fenicio, moneda de Lidia... Así pues, la cultura oriental, especialmente Babilonia y Egipto, influyó profundamente en la formación del pensamiento griego, como lo confirman los viajes de los primeros filósofos. De la religión egipcia adquirieron la creencia en la inmortalidad del alma. El orfismo aportó el concepto del eterno retorno (tiempo circular).

   Al entrar en contacto con extranjeros, los griegos desarrollaron un pensamiento crítico respecto a su propia cultura, que permitió la aparición de la filosofía griega. Desde las colonias jónicas de Asia Menor (actual Turquía), la filosofía se trasladó al sur de Italia y finalmente llegó a Atenas, donde alcanzaría su máximo esplendor con Sócrates, Platón y Aristóteles